Phoenix o la 'marciana ocupación yankee'

La colonización sideral es ya una realidad. Desde el inicio de la carrera espacial fruto de la guerra fría derivada de la segunda gran guerra; con la creación de la primera estación espacial habitable, la MIR y la posterior construcción de la ISS y las constantes expediciones en transbordadores, sondas y robots; los intentos de las grandes potencias globales por colonizar el espacio exterior no cesan.
La sonda Phoenix de la NASA, que tiene como misión específica la búsqueda de agua en Marte, es una muestra más de la estrategia estadounidense de siempre: adelantarse y apañar. Los medios no importan, el tiempo tampoco, el objetivo sí. La sonda llegó ayer domingo al Planeta Rojo, luego de viajar 680 millones de kilómetros desde la Tierra.